Greenpeace se opone frontalmente, no sólo al vertido de agua radioactiva al Océano Pacífico procedente de la central nuclear de Fukushima Daiichi I acordado unilaterlamente por el Gobierno Suga, sino a los planes de desmantelamiento diseñados por TEPCO que califica de defectuosos.
Kazue Suzuki, activista en el área de clima y energía de Greenpeace Japón, declara:“El Gobierno japonés ha vuelto a fallarle al pueblo de Fukushima.
El Gobierno ha tomado la decisión totalmente injustificada de contaminar deliberadamente el Océano Pacífico con desechos radiactivos. Ha descartado los riesgos de la radiación y ha dado la espalda a la clara evidencia de que hay suficiente capacidad de almacenamiento disponible en el propio enclave de la central nuclear, así como en los distritos circundantes.
En lugar de utilizar la mejor tecnología disponible para minimizar los peligros de la radiación almacenando y procesando el agua a largo plazo, han optado por la opción más barata, verter el agua en el Océano Pacífico.»
«La decisión del Gabinete no protege el medio ambiente y descuida la oposición y las preocupaciones a gran escala de los residentes locales de Fukushima, así como de los ciudadanos vecinos de Japón. Greenpeace apoya a la gente de Fukushima, incluidas las comunidades pesqueras, en sus esfuerzos por detener estos planes ”, añadió Suzuki.
Greenpeace señala que las asociaciones patronales de la pesca se oponen de plano al vertido. También protesta el Ayuntamiento de Fukishima.
Un informe publicado recientemente por Greenpeace Japón detalla alternativas a los actuales planes contaminantes de TEPCO para el desmantelamiento de la central nuclear Fukushima Daiichi, los cuales incluyen opciones para detener el aumento continuo de agua contaminada, señala la ONG.
Greenpeace desarrolla desde 2012 (tan sólo unos meses después del accidente nuclear provocado por el terremoto y posterior tsunami) una campaña proactiva contra los planes para verter al mar el agua contaminada de Fukushima, presentando análisis técnicos a las agencias de la ONU, realizando seminarios con los residentes locales de Fukushima junto con otras ONG, y recurriendo contra los vertidos y sometiéndolos al examen de los organismos gubernamentales japoneses competentes.
Greenpeace Japón había recogido a 12 de abril de 2021 183.754 firmas oponiéndose al vertido del agua radiactiva de la central nuclear de Fukishima en el Océano Pacífico.