Aunque ha aumentado el porcentaje de personajes LGTBIQ+ y también su peso en cine y series televisivas, la producción audiovisual española para cine y televisión dista mucho de llegar al aprobado en diversidad e inclusión. Lo dice el Informe ODA 2022 presentado hoy.
El Informe del observatorio de la Paridad y la Diversidad en Medios Audiovisuales analiza en el informe ODA la representación de la diversidad en la ficción española del 2021 en cine y televisión.
Principales resultados
Menos personajes femeninos y dependientes de los masculinos en muchos casos
El informe ODA 2020 mostraba que en el cine alrededor del 52,5% de los personajes fueron mujeres, mientras que en 2021 la proporción ha caído hasta el 44,8%. En series, la caída es menor, desde un 44,8% en el 2020 hasta un 44,1% este año.
El mundo del cine nos ha ofrecido en 2021 personajes femeninos fuertes en cintas como Madres paralelas, de Pedro Almodóvar, Maixabel, de Icíar Bollaín, Libertad de Clara Roquet, Chavalas de Carol Rodríguez Colás y Ama de Júlia de Paz.
Pero también hay casos que el informe califica como preocupantes como el de “La hija” de Manuel Martín Cuenca, donde los personajes femeninos orbitan alrededor de las decisiones de los hombres; quienes a son los que ayudan a avanzar realmente la trama con sus acciones.
La conclusión que extrae el informe de las producciones audiovisuales analizadas es que para encontrar una representación de la mujer que no esté subyugada a tramas o personajes masculinos, es preciso acudir a la ficción guionizada y/o dirigida por mujeres y cienastas hombres LGBTIQ+, los que demuestran ser los únicos capaces de representar un retrato fidedigno de la realidad femenina.
El informe observa la misma situación en el caso de las series de televisión encontramos las mejores representaciones de mujeres con una perspectiva feminista en ejemplos como Vida perfecta de Leticia Dolera, Cardo de Ana Rujas y Claudia Costafreda y Todo lo otro de Abril Zamora. Dolera, Rujas, Costafreda y Zamora son directoras y guionistas jóvenes que además protagonizan sus series televisivas.
El informe ODA subraya además que todas ellas apuestan por incluir uno o más personajes de la comunidad LGBTIQ+, no como simples figurantes o como personajes token, aquel que no está justificado en la trama, pero que figura para demostrar diversidad, sino como protagonistas de sus propias historias tejiendo una verdadera sororidad con el personaje principal de la serie.
El test de Vito-Russo o «la prueba del algodón», una herramienta que podría ser útil en el campo publicitario
Inspirado en el test de Bechdel, que examina cómo se retratan los personajes femeninos dentro de una narrativa, el test de Vito-Russo ha sido la herramienta para evaluar si una producción audiovisual es verdaderamente inclusiva.
El famoso activista LGBTIQ+ y cofundador de GLAAD da nombre a este test, que aplica tres reglas que una producción tiene que cumplir para ser considerada como verdaderamente inclusiva:
1.- Contener al menos un personaje que sea identificable como LGBTIQ+.
2.- Que el personaje sea tan relevante/importante como para que su desaparición tenga un efecto significativo en el argumento. El personaje no está solo para fomentar comentarios coloridos, retratar la vida urbana o ser el objeto de las gracias.
3.- Que el personaje no se defina únicamente por su orientación sexual o identidad de género. La diferencia respecto a otros personajes no debe residir solo en su pertenencia a la comunidad LGBTIQ+, sino que está presente porque tiene peso propio.
El test, aplicado en este caso a las producciones audiovisuales de cine y televisión quizá podría resultar útil quizá , con la adaptación necesaria en atención al diferente lenguaje y la diferente duración de las producciones audiovisuales publicitarias al campo de la comunicación comercial para elevar el grado de inclusión en éste ámbito.